Conceptos invisibles

Las pasiones invisibles guían lo concreto no solo en su abstracción. Decisión esente, no elegida más presente, que nos cruza el inconsciente fracturando lo normado.
Cierto es que no elegimos como venir a este mundo, ni donde, ni cuando, ni con quien. También que la idea de él es igualmente incierta. Debe quedarnos entonces el camino punto a punto.
Desconfió del culturalismo que promete que ni eso es elección. Muchos dirán que por que estoy demasiado atravesado por la cultura occidental de falsas libertades y elecciones. Tal vez sea cierto. Pero encuentro mucho ruido en la idea de vidas prefijadas por estructuras, por lugares en relaciones productivas, por un concepto de habitus que me lleva cual lazarillo por la vida.
También lo hay en la “libertad” de elección individual moderna. Así como en un destino que exige renegar de lo incierto por pausados latidos de una sangre gris y fría.
Conceptos, ideas, abstracciones. Invisibles, que desde uno u otro lado tratan de amoldarme a un molde ajeno. Pero hay otros invisibles, aquellos que quiebran las previsibilidades. Rastros de un magma que el ser perdió en su ordenamiento colectivo, pero que aun expulsa vapores de su existencia. Son los aromas de un lugar conocido al que la conciencia nunca ha ido. Es el amor el invisible, pre-cultural e incuestionable. Sometido en el “como”, el ser de su presencia sonríe socarronamente en su victoria. No han podido con el. Transformado y ordenado, clasificado y premoldeado, aún es aquel interrogante que atormenta con su caos.
rgp

1 Comment

  • Ivy Said:

    yo creo que lo único que atormenta a las estrucuturas que nos preceden y nos sucederán; es aquello para lo que no hemos encontrado respuesta aún: la muerte.

    todo lo demás, hasta el amor, ha sido sometido por la cultura; sufre todas las desviaciones imaginables de su objeto y finalidad; sólo en los locos podemos ver las pulsiones sin el yugo de lo social, pues no han sido atravesados ni sujetados (en el sentido no de personas sujetos, sino de "amarrados") por la cultura; para los locos, los alienados, los psicóticos, o como prefieras, no existe el código por el que nos regimos la mayoría, y, por más que lo ambiciones, de eso no podés desprenderte; y, por lo menos yo, no quiero ni soñar con hacerlo; porque las pulsiones en estado puro, sin el filtro de la cultura, sólo tienden hacia la destrucción.